Bajando desde el Pic Blanc a 3300 m, la Megavalancha es un caos absoluto. Eres tú, tu bici y 350 ciclistas compitiendo entre sí.
Me arriesgué desde el principio. Fue una apuesta al 50/50, pero valió la pena. De alguna manera, me mantuve en la bici todo el camino. Sin un plan definido, solo instinto, anticipación e intentando interpretar el caos que me rodeaba.
Fue una de las salidas más estresantes que he enfrentado. Pero si tuviera que resumir mi carrera en una palabra: REMONTADA.
Muchísimo respeto a todos los ciclistas, organizadores, voluntarios y público. La 30.ª Megavalancha fue legendaria.
—Kilian Bron